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Asertividad: el arte de expresar sin explotar

por | May 13, 2019 | Gestión emocional

A Leticia no le gustaba para nada que su novio hablara regularmente con su ex novia. Sin embargo, con tal de no generar una discusión ni mostrarse celosa, no le decía nada. Y así estuvo durante meses hasta que un día explotó y, gritando, le dijo lo que sentía, sin darle lugar a explicaciones, y le terminó la relación.

El caso de Leticia es un ejemplo de una larga comunicación pasiva que se termina convirtiendo en comunicación agresiva, sin un término medio. Ella tragó sus emociones durante meses, hasta que llegó el día que no pudo más y terminó explotando de manera agresiva. Buscar un punto medio asertivo entre estos dos tipos de comunicaciones es de extrema importancia para mantener adecuadas relaciones y para la salud de los individuos.

¿Qué es la comunicación pasiva?

Llamamos comunicación pasiva cuando se evita mostrar los sentimientos o pensamientos por temor a ser rechazado o incomprendido u ofender a otras personas. En estos casos, por lo general se infravaloran las propias opiniones y necesidades dando un valor superior a las demás.

En la comunicación pasiva la persona descuida sus propios límites. Al no expresar y tragarse los sentimientos, la persona se ahoga y termina somatizando o explotando.

La comunicación evasiva a través de mentiras es otra forma de comunicación pasiva.

¿Qué es la comunicación agresiva?

La comunicación es agresiva cuando se sobrevaloran las opiniones y los sentimientos personales, obviando o despreciando a los demás. En este caso la persona se muestra dominante, arrolla al interlocutor e incluso muchas veces se muestra prepotente.

En este tipo de comunicación se descuidan los límites ajenos.

¿Qué es la comunicación asertiva?

Con la comunicación pasiva no te respetas a ti y con la agresiva no respetas al otro. El punto medio es la comunicación asertiva donde respetas a ambas partes, sin agredir a los demás y a la vez sin someterse a la voluntad ajena.

La asertividad es la habilidad para expresarnos de forma honesta, directa y respetuosa, defendiendo nuestros derechos y sin atentar contra los derechos de los demás.

La persona asertiva está abierta a opiniones ajenas y les da importancia. Es respetuosa y acepta la postura de los demás, aunque no coincida con la suya. Evita los conflictos, pero expresa lo que desea de forma directa, abierta y honesta.

Procurando la propia salud mental, primero que nada, hay que ver cómo sacar las cosas afuera. Cuando algo genere emoción o malestar, hay que expresarlo. Luego, hay que entender que la comunicación es bilateral. Uno debe expresar algo y el otro debe entenderlo. Si uno no expresa, deja de enseñarle a la otra persona. Al expresar uno se libera y el otro aprende.

Si no se expresa adecuadamente, a la larga igual todo sale a través del lenguaje no verbal principalmente. Por tanto, es preferible una verdad con dolor a una mentira, por más que lleve tiempo aceptarla.

“La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía” – Mahatma Gandhi

Pasos para la comunicación asertiva

El objetivo de la comunicación asertiva es expresar cómo uno se siente, manifestar los pensamientos o el malestar acerca de la situación y expresar lo que uno quiere que suceda.

Los pasos para una efectiva comunicación asertiva son los siguientes:

  1. Expón los hechos concretos
  2. Expresa lo que sientes
  3. Explica lo que quieres
  4. Aporta soluciones

Ejemplos prácticos

Diego planeaba ir al cine con su novia y su jefe le pidió si podía quedarse trabajando más horas porque hay mucho trabajo acumulado. Esto ya le había pasado varias veces anteriormente, por lo que sentía que ya era demasiado y tenía derecho a salir en hora algún día. Siguiendo los 4 pasos anteriores, Diego le dijo a su jefe:

“Hoy no podré quedarme. En las últimas semanas me he quedado muchas veces y he dejado planes de lado, y por eso no puedo quedar con mi novia ni apuntarme a otras actividades. Me gustaría poder tener más vida aparte de la oficina. Realmente tengo un problema, y es que no tengo vida para mí. Hoy tengo un plan con mi novia y quiero cumplirlo. Cuando sea realmente necesario me quedaré, pero no tan a menudo como viene siendo”

En caso el pedido del jefe sea algo extraordinario, se podría decir algo así como “había quedado con mi novia y estaba ilusionada, pero podría conversar con ella y cambiar el plan.” De esa manera se le expresa los sentimientos al jefe y se le trasmite que se está dejando de lado un plan para que sea consciente de las consecuencias del pedido.

Otro ejemplo:

Luisa quiere salir con su amiga porque necesita un descanso, llama a su hermano para que cuide a su padre que está enfermo, y le dice que no puede. Sin embargo, ella cree que es injusto porque su hermano casi no cuida a su padre.

Una comunicación pasiva sería “está bien, no te preocupes”. Comunicación agresiva sería: “Que siempre lo mismo, que no me haces un favor…”

Comunicación asertiva podría ser: “Si hoy no puedes está bien, pero te pido que por favor hagas un esfuerzo para cuidarlo otro día. Últimamente paso casi todo mi tiempo cuidando a nuestro padre y casi no tengo tiempo para mí. Esto me tiene agotada física y mentalmente. Necesito mi tiempo libre. Quisiera que me ayudes con el tema, me gustaría que lo pudieras cuidar una vez por semana, esto me daría la posibilidad de descansar y aligerarme un poco.”

Cómo ir incorporando la asertividad en la vida diaria

Entender la importancia y los pasos de la asertividad desde un punto de vista teórico es sencillo. Sin embargo, ponerlo en práctica luego de años de comunicación pasiva/agresiva lleva cierto tiempo. Al principio cuesta, pero con el tiempo se va volviendo automático.

El primer paso es tomar consciencia de aquellas situaciones en las que no pudimos ser asertivos e identificar si fuimos pasivos o agresivos. Preguntarse: ¿cómo podría haber sido asertivo? O bien, ¿estoy a tiempo de ser asertivo y desenredar el tema?

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